It is not a question of aesthetics or a lack of will, it is a question of health


De entre todos los falsos mitos en torno a la obesidad, hay uno que resiste al paso del tiempo, a los cambios sociales, los vaivenes de los cánones de belleza y hasta a la evidencia científica. Es la creencia errónea de que la obesidad es el resultado de la falta de disciplina y voluntad individual. Esa idea preconcebida es el origen de la culpa, el estigma y la discriminación que sufren las personas con obesidad y también la principal traba que impide que sea considerada, diagnosticada y tratada clínicamente como lo que es: una enfermedad, que afecta al 21,6% de la población adulta en España (el 15,5% en Cataluña) y que pone en juego la vida.  

Porque la acumulación excesiva de grasa puede ser perjudicial para la salud, que es como la OMS define la obesidad, está asociada a un mayor riesgo de sufrir diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y hepáticas, hipertensión, varios tipos de cáncer y también algunas enfermedades mentales, además de otras repercusiones que merman en gran medida la calidad de vida, como los problemas articulares o la fertilidad. “Hay una tendencia clara a considerar la obesidad como un mero factor estético y la conciencia de enfermedad está poco presente tanto en la sociedad como en el mismo sistema sanitario”, señala el doctor Jesús Blanco, especialista en Endocrinología y Nutrición en el hospital Clínic de Barcelona. El resultado es que se trata de una enfermedad compleja, crónica, infradiagnosticada y que no está recibiendo el abordaje que debería. “Con frecuencia llegamos tarde al tratamiento de la obesidad y hemos repetido demasiadas ocasiones soluciones que no son efectivas, como aconsejar a alguien que vive con obesidad que todo se arregla comiendo menos”, apunta el Dr. Blanco. 

 Lejos de ser tan sencillo, la obesidad es una enfermedad en la que intervienen múltiples factores: genéticos, endocrinos, ambientales, conductuales, estrés, y socioculturales. De modo que, aunque la alimentación saludable y el ejercicio son una parte importante del tratamiento, tal y como señala el especialista del Hospital Clínic, “lo normal es que una persona que empieza dieta no pierda peso o, si lo hace, lo recupere al poco tiempo. Los estudios científicos nos dicen que la mayoría de las personas que comienzan a hacer dieta, de aquí a cinco años pesarán igual o más de lo que pesan hoy”. Y no se debe a la dejadez o a la falta de esfuerzo, sino a factores fuera de su control.  

Campaña itinerante 'El Peso de lo Invisible'

Traveling campaign ‘The Weight of the Invisible’ / Lilly

¿Por qué a algunas personas les cuesta más perder peso?

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A pesar del empeño por mantener una vida saludable, cuidando la alimentación y practicando ejercicio, el cuerpo puede resistirse a estos esfuerzos, haciendo muy difícil mantener la pérdida de peso a medio o largo plazo. “Uno de los principales problemas es que en esa simplificación social que hacemos acusando a las personas de no tener voluntad, nos estamos olvidando de que hay múltiples factores biológicos involucrados que no obedecen a la voluntad”, aclara el Dr. Blanco. Entre ellos, los mecanismos que regulan el hambre y la saciedad, por ejemplo, y también lo que se llama metabolismo adaptativo. Cuando el organismo sabe que está perdiendo el balance energético, es decir, cuando está consumiendo más calorías de las que está ingresando, pone en marcha mecanismos de ahorro que hacen que el consumo metabólico basal se frene. “Esto es lo que les ocurre a muchas personas cuando el único abordaje del exceso de peso es hacer dieta. Que conducen a su organismo a una vía de lentitud metabólica, de modo que cuando comienzan de nuevo a comer de una manera más estándar, entre que comen más y que se han activado los mecanismos de compensación metabólica, viene el típico efecto rebote”. 

Diagnóstico y tratamiento multidisciplinar personalizado

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¿Qué puede hacerse entonces? La recomendación es clara: acudir al médico especialista que asesorará un tratamiento multidisciplinar y personalizado. 

El indicador de referencia es el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la altura en metros al cuadrado. Según el endocrinólogo del Hospital Clínic, “todas las personas con un IMC por encima de 30 deben acudir al especialista y los adultos si ese sobrepeso se asocia a otros problemas médicos como diabetes, hipertensión, colesterol alto en la sangre, apnea del sueño, problemas articulares…”. 

Una vez en la consulta del especialista, el diagnóstico vendrá dado no tanto por el peso como por el examen de la composición corporal a través de diferentes medidas, como la relación de perímetro de cintura y altura, técnicas radiológicas avanzadas o la bioimpedanciometría, un procedimiento que a través de una pequeña corriente eléctrica que estima la distribución de grasa y tejido magro en diferentes componentes del cuerpo.  

Una vez establecido el diagnóstico, la obesidad debe ser acometida de manera integral. “En ese tratamiento ‘multicapa’, hacer una dieta saludable será siempre una recomendación inamovible y también la actividad física, además empezaríamos a establecer también estrategias nutricionales más avanzadas, estrategias farmacológicas que hoy en día han supuesto una revolución en el tratamiento de obesidad y técnicas quirúrgicas que nos ayudan en obesidades de mayor entidad”, explica el doctor Jesús Blanco. Es prioritario que las personas que conviven con esta patología tengan las mismas oportunidades en atención sanitaria, diagnóstico, asistencia clínica y de tratamiento como ocurre con otras enfermedades crónicas. 

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Campaña itinerante 'El Peso de lo Invisible'

Traveling campaign ‘The Weight of the Invisible’ / Lilly

La obesidad es, como se ha visto, una cuestión de salud y es fundamental acabar con los mitos que rodean a esta enfermedad y dejar de verla como algo estético. Porque no es algo que se elija ni que tenga que ver con la fuerza de voluntad o con “no cuidarse”. Con ese objetivo nació la campaña ‘El Peso de lo Invisible’ que tiene como fin concienciar sobre esta situación, que necesita ser manejada y tratada clínicamente como otras enfermedades y contribuir a acabar con los prejuicios y la discriminación con la que viven las personas con obesidad, tanto en el ámbito social o laboral, como en el sanitario. 

Por eso, esta iniciativa sale a la calle con tráiler itinerante, recorriendo algunas de las ciudades del país para que la población conozca mejor la obesidad. La empresa médica Lilly continúa en su compromiso con el abordaje de la obesidad a través de la campaña El Peso de lo Invisible con el apoyo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y la asociación de pacientes ABHíspalis. Juntos van a recorrer Barcelona, A Coruña, Valencia, Málaga, Sevilla y Madrid, en este orden, donde acogerán un vehículo adaptado en el que médicos especialistas realizarán pruebas gratuitas de composición corporal y fuerza muscular con tecnología de bioimpedancia a aquellas personas que lo deseen.  

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Próxima ubicación: Estación de Sants los días 25, 26 y 27 de octubre. Horario: De 10:30 a 14:30 y de 15:30 a 20:30. 

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